Poema: Aquí
Estoy a tres pasos de tu puerta
y si te veo echo a correr.
Te quiero de lejos
y me bebo los poemas
que escribo en barras de bar.
Me cuelo por las rendijas de mi soledad
y duermo en otras camas.
Fumo todo lo que se deja consumir
y me trago el humo del que no espera nada a cambio.
Pero todo cambia.
Tú
Yo,
La piel de serpiente que mudamos
cuando (nos) atacamos
y también cuando (nos) amamos.
Espero estar delante de ti una vez más
y no darte miedo o ganas de llorar un mar,
que me mires a los ojos,
las palabras se pierdan
y los besos se encuentren
como si les hubiéramos pagado la fianza
de una pena de muerte.
Qué ciegos estamos,
no vemos ni cuando nos juzgamos
y qué cobardes somos,
no vamos ni cuando nos llamamos.
No es rojo, es ámbar.
El miedo solo existe
porque existe la intuición
Y nuestra eternidad
duró todo lo que dura un amor
que no se puede entender.
Y qué de pena está toda ésta alegría,
no suena a portazo de bienvenida.
Y qué absurdos cuando no estamos,
no vamos ni cuando nos llamamos.
No es rojo, es ámbar.
El miedo solo existe
porque existe la intuición
Y nuestra eternidad
duró todo lo que dura un amor
que no se puede entender.
Y qué de pena está toda ésta alegría,
no suena a portazo de bienvenida.
Y qué absurdos cuando no estamos,
solo somos cuando (nos) amamos.
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