Corazón de papel



Su forma de vivir era un constante desafío a la vida. Me desafiaba a mí y hasta la suerte. Bailaba con los gatos más negros sujetando un paraguas de color amarillo bajo la escalera de incendios, mientras derramaba sal a diestro y siniestro cualquier martes y trece. Loca la llamaban. Pero lo que muy pocos sabían es que los gatos la entendían, y el paraguas solo un impermeable para las penas, porque la sal que derramaba, no era otra cosa que sus lágrimas. 

Estaba empapada por dentro y es que la lluvia y yo, ya hacía tiempo que la teníamos calada. Y ahora dime, déjame entender por qué nunca tiendes el corazón a secar, deja escurrir el miedo que ahoga y aprende a pintar con las acuarelas que nunca sabes usar. Ahórrate silbar aburrida una y otra vez las mismas melodías que nunca dejas de escuchar y saca a bailar de una vez a los instintos. Olvida el vértigo a un precipicio inexistente, y las palabras que paseas cogidas de la mano para tenerlas tan cerca, que así no puedan ser interpretadas más lejos de lo que tú las dejas. Pon tu corazón a secar, que ni yo me creo que esté hecho de papel ni tú que esté deshecho. 

Y no, no quiero con esto que creas que ignoro que tu lluvia no es otra cosa que una característica de toda esa primavera que llevas en la sangre, y que en cualquier momento parezca que va a estallar a borbotones, con la más perfecta y acompasada melodía del redoble de unos tambores que nunca duermen. 

Y es que en el fondo llegué a entender, que todo ese revoltijo de sentimientos era lo que la removía y llevaba dentro. Eso de los que saben que están vivos. Que amaba fuerte e intenso hasta caer rendida, hasta que no le quedaban más besos adheridos a las costuras de su piel. 
Pero aún así, nunca se dejaba atrapar, porque había huido tantas veces de aquellos que pretendían quedarse a dictar su vida y su corazón, que sin querer había aprendido a escapar con la delicadeza que lo hace un simple pestañeo. 
Y lloraba a todo trapo.


 
Porque quería 
pero 
no podía.

y había veces, 
que ya no quería poder más.



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